Siento
dentro de mi una mezcla de alegría por verte y saberte feliz y rodeado de
tantas cosas buenas, sobretodo el amor y
la protección de alguien tan especial como tu humano de hoy. Y al mismo tiempo
el dolor de extrañarte y no haber tenido las mejores condiciones para que te
quedaras con nosotros hasta que fueramos todos viejitos, tú y nosotros.
(Simba en su nuevo hogar)
De ti hablamos todos los días, del cambio sorprendente que diste de huracán fuerza 5 a amoroso gatico y como aprendiste a meterte conmigo en la cama las mañanas de los fines de semana a regalarme, cabezazos, amasaditas con tus paticas y el calorcito de tu cuerpo. De tu belleza negra de pantera en miniatura. De lo glotón que eras, que todo te gustaba y como tú y yo, compartíamos un mismo barquillo de helado. Ayer le hice esta anécdota a una compañera aquí y me dijo que eso sobrepasaba todos los límites porque me podías contagiar alguna cosa pero es que a mí no me importaba. Para mí no eras una especie diferente ni una mascota, eras mi último bebé que llevé a cuestas conmigo a donde quiera que iba mientras necesitaste biberones frecuentes porque Motica cuando llegó a nosotros ya tenía bien sus dos meses de vida y era capaz de valerse sola. Eras mi hijito peludo, un pedacito mío y que piense cualquiera lo que desee, mi helado era el tuyo y tras tu lametón daba yo el mío, no había ascos entre nosotros porque entre una madre y su hijo, no cabe algo así.
(Simba en su nuevo hogar)
De ti hablamos todos los días, del cambio sorprendente que diste de huracán fuerza 5 a amoroso gatico y como aprendiste a meterte conmigo en la cama las mañanas de los fines de semana a regalarme, cabezazos, amasaditas con tus paticas y el calorcito de tu cuerpo. De tu belleza negra de pantera en miniatura. De lo glotón que eras, que todo te gustaba y como tú y yo, compartíamos un mismo barquillo de helado. Ayer le hice esta anécdota a una compañera aquí y me dijo que eso sobrepasaba todos los límites porque me podías contagiar alguna cosa pero es que a mí no me importaba. Para mí no eras una especie diferente ni una mascota, eras mi último bebé que llevé a cuestas conmigo a donde quiera que iba mientras necesitaste biberones frecuentes porque Motica cuando llegó a nosotros ya tenía bien sus dos meses de vida y era capaz de valerse sola. Eras mi hijito peludo, un pedacito mío y que piense cualquiera lo que desee, mi helado era el tuyo y tras tu lametón daba yo el mío, no había ascos entre nosotros porque entre una madre y su hijo, no cabe algo así.
En
casa, esta de aquí y que seguirá siendo también tuya por siempre, todos te
extrañamos. Te extraña Motica que te estuvo buscando varias noches, días ya
después de tu irte cuando se dio cuenta al fin que faltabas y hasta que de alguna forma entendió que ya no volverías a estar. Te extraña Tai porque es un gato tan
bueno que nunca vio en ti una amenaza aunque fueras el único otro macho que
llegó a alcanzar tu tamaño y convivir tanto tiempo en casa. Te extraña Mila, la
gatica tricolor que te bufaba a veces pero que nunca te echó un manotazo y te
extraña Blacky que aunque en su fuero interno de gata consentida y deseosa de
ser la única también se alegre, estoy segura que algo también te extraña porque fuiste parte de la vida de
todos aquí.
Papá y
mami humanos, no necesito decirte, pero te sabemos bien y feliz y eso, aunque
no nos impida extrañarte y preguntarnos
uno al otro, que estará haciendo Simba, ya nos habrá olvidado? nos reconocería
si le volviéramos a ver alguna vez? es lo que hace valga la pena esta
separación.
Por
último y aunque te que tuviera conmigo estos casi 8 meses, no soy tu única salvadora, recuerda las veces que te lo dije cuando te
cargaba en mis brazos y te hablaba como sabes les hablo a todos, porque no fuí
quién te hallara y recogiera de la calle ni quien te diera esta posibilidad de
vida que tienes hoy. Dale muchos cariños a él, y será como dármelos también a
mi.
Lo
mejor del mundo para ti mi negrito
prieto.
Tu mami humana.
Tu mami humana.