…porque ves allí, amigo Sancho Panza, donde se descubren treinta, o pocos más, desaforados gigantes, con quien pienso hacer batalla…

miércoles, 8 de julio de 2015

Pérdida




Ayer hizo una semana que enterramos a Niño, el gatico siamés mestizo de casa de mis  padres. Aquel de la castración traumática, de la enfermedad respiratoria poco después de aquello, de los presumibles golpes hace un par de meses. Se nos fue el pequeño rebelde que solo ayer ya después de apagarse su vida pude acariciar y cargar como hubiera querido hacer muchas  veces y su temperamento de tigre minúsculo pero tigre al fin no me  permitió hacer. El nos mostraba cariño pero a su manera y cuando quería, el era quien mandaba, un espíritu libre.
Esa noche llegando a casa del trabajo que acabé saliendo mas tarde de lo habitual me llama mi hermana para decirme que algo le pasaba que estaba mal,  que de pronto lo había  hallado mi mamá exangüe, tendido cuan largo era con la vista fija y hecho pis, que apenas se advertía vivo en la respiración, le pedí lo  llevaran con una veterinaria que hay en el pueblo  al ser la más cercana y primera ayuda posible que ya yo iba saliendo para allí pero no dio tiempo a nada, se nos fue enseguida.  Justo el fin de semana anterior lo estábamos celebrando,  como se había recuperado  y vuelto a ser el mismo gato de antes.
Descansa en paz Niño. Ya estás en el cielo de los gaticos o como me diría un buen amigo, en el sitio tan especial que tienen reservado todos los animales de este mundo, sean de la especie que sean. Te quisimos mucho mientras  nos acompañaste y regalaste tu presencia hermosa en nuestras vidas. 
Adiós Niñito querido, ni mi mamá, mi papá, los niños, F. o yo te olvidaremos.